Mina en Utah será tumba de mineros

HUNTINGTON, Utah - Los seis mineros atrapados por el derrumbe de una mina tal vez nunca sean encontrados y podrían quedar para siempre en la montaña que aún se sacude, reconocieron las autoridades el domingo, abandonando el optimismo que mostraron en público durante casi dos semanas.

Los familiares de los mineros -entre los cuales hay tres mexicanos- consideraron que las autoridades federales y los dueños de la mina han abandonado la búsqueda y los dan por muertos.

"Sentimos que se han rendido y que sólo esperan que los seis mineros mueran", dijo Sonny Olsen, vocero de los familiares, al leer una declaración escrita mientras unos 70 parientes de los mineros atrapados permanecían de pie detrás de él.

Insuficiente oxígeno

Las mediciones de la calidad del aire en un cuarto agujero perforado a más de 1,500 pies de profundidad en la montaña hallaron que el oxígeno que había era insuficiente para permitir la vida, y los esfuerzos más recientes para enviarles señales a los hombres no obtuvieron respuesta. "Es probable que estos mineros no sean encontrados", dijo Rob Moore, vicepresidente de Murray Energy Corp., copropietaria de la mina Crandall Canyon. La noticia representó una modificación en el tono de las evaluaciones de las autoridades de la mina en torno a las oportunidades que tienen los hombres de ser rescatados, esperanzas que habían mantenido incluso después de que tres rescatistas murieron y seis más quedaron heridos el jueves después de que la montaña se reacomodó de nuevo.

Exigencias familiares

Las familias de los mineros desaparecidos exigieron que los rescatistas comenzaran a taladrar inmediatamente un agujero de 30 pulgadas de diámetro en el que se pudiera hacer descender una cápsula de rescate. "Estamos aquí a merced de los funcionarios a cargo y sus así llamados expertos. Se está desperdiciando tiempo precioso, y no tenemos tiempo que perder", afirmó Olsen.

Ha habido poca evidencia de que los seis mineros sobrevivieron al primer derrumbe el 6 de agosto. Los trabajadores han ganado acceso limitado a la mina a través de cuatro agujeros perforados por taladros en los que se introdujeron videocámaras y micrófonos. Los rescatistas golpearon la broca de un taladro y detonaron explosivos el sábado con la esperanza de obtener una respuesta, pero no recibieron ninguna.