Noticia Anterior
El precio del petróleo no tiene techo
El principal problema con el que se encuentra el consumidor es la subida de los precios de los hidrocarburos.
Escrito el 04 Sep 2006
Comment: 0
La gasolina aumenta de precio de manera escalonada pero ininterrumpida, y no parece avistarse solución alguna a este problema.
El precio del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aumenta sin que nada parezca poder remediarlo. A principios del mes de agosto, su precio de venta fue de 72.12 dólares, récord histórico.
Las circunstancias que vive el planeta en la actualidad, unidas al cierre de una instalación de BP en Alaska, han hecho que el crudo rebase su máximo histórico y que la situación se presente muy complicada para los gobiernos y, en mayor medida, para los consumidores.
La situación no parece tener solución. Desde hace meses, cuando no años, se advierte en las tendencias de los precios del petróleo un alza imparable que lo ha situado por encima de los 65 dólares como media. En muchas ocasiones, ha pasado de los 70.
Esta situación comienza a recordar a la de la crisis del petróleo sufrida en los años 70, cuando los países productores de crudo, árabes y musulmanes en su gran mayoría, boicotearon a los países que apoyaron a Israel en la guerra de Yon-Kippur y pusieron en jaque a la economía mundial.
El barril de petróleo que se utiliza como mezcla tiene una capacidad de 159 litros y se calcula en base a una mezcla de once calidades de crudo, uno por cada país miembro.
Su anterior récord en cuanto a precio estaba en 71.71 dólares, cifra que se alcanzó el 14 de julio de este mismo año. Por tanto, se puede comprobar que la tendencia es claramente al alza.
Un acontecimiento ha justificado la subida de precios: el cierre de la refinería más grande de Estados Unidos, situada en Prudhoe Bay, Alaska.
Esta refinería es propiedad del consorcio British Petroleum (BP). La causa del cierre es una corrosión grave en uno de sus oleoductos, que provocó a su vez un gran derrame de crudo.
Ante el peligro que supondría una mayor corrosión, y según palabras del presidente ejecutivo de BP América, Bob Malone, se ha hecho necesario el cierre de la estación, aunque lamenta que se haya realizado de manera tan drástica. El gran problema de esta decisión, perfectamente comprensible por sensata, es que da al traste con el que es el principal pulmón de la industria petrolífera estadounidense. Prudhoe Bay produce cerca de 400 mil barriles de crudo diarios, un 8 por ciento de la producción nacional.
El precio del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aumenta sin que nada parezca poder remediarlo. A principios del mes de agosto, su precio de venta fue de 72.12 dólares, récord histórico.
Las circunstancias que vive el planeta en la actualidad, unidas al cierre de una instalación de BP en Alaska, han hecho que el crudo rebase su máximo histórico y que la situación se presente muy complicada para los gobiernos y, en mayor medida, para los consumidores.
La situación no parece tener solución. Desde hace meses, cuando no años, se advierte en las tendencias de los precios del petróleo un alza imparable que lo ha situado por encima de los 65 dólares como media. En muchas ocasiones, ha pasado de los 70.
Esta situación comienza a recordar a la de la crisis del petróleo sufrida en los años 70, cuando los países productores de crudo, árabes y musulmanes en su gran mayoría, boicotearon a los países que apoyaron a Israel en la guerra de Yon-Kippur y pusieron en jaque a la economía mundial.
El barril de petróleo que se utiliza como mezcla tiene una capacidad de 159 litros y se calcula en base a una mezcla de once calidades de crudo, uno por cada país miembro.
Su anterior récord en cuanto a precio estaba en 71.71 dólares, cifra que se alcanzó el 14 de julio de este mismo año. Por tanto, se puede comprobar que la tendencia es claramente al alza.
Un acontecimiento ha justificado la subida de precios: el cierre de la refinería más grande de Estados Unidos, situada en Prudhoe Bay, Alaska.
Esta refinería es propiedad del consorcio British Petroleum (BP). La causa del cierre es una corrosión grave en uno de sus oleoductos, que provocó a su vez un gran derrame de crudo.
Ante el peligro que supondría una mayor corrosión, y según palabras del presidente ejecutivo de BP América, Bob Malone, se ha hecho necesario el cierre de la estación, aunque lamenta que se haya realizado de manera tan drástica. El gran problema de esta decisión, perfectamente comprensible por sensata, es que da al traste con el que es el principal pulmón de la industria petrolífera estadounidense. Prudhoe Bay produce cerca de 400 mil barriles de crudo diarios, un 8 por ciento de la producción nacional.