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Qué bonita bandera, aunque los antiinmigrantes no la quieran
Escrito el 14 Mar 2011
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WASHINGTON – Como si a los puertorriqueños nos faltaran portavoces que hablen del estatus político de la Isla, ahora tenemos al “experto” de inmigración, Mark Krikorian, del restriccionista Centro de Estudios de Inmigración (CIS), “abogando” por la independencia de Puerto Rico o algo por el estilo. Esta columna nada tiene que ver con la sempiterna batalla sobre la situación política de mi bella Isla.
Es sobre inmigración y lo que Krikorian dijo sobre la tercera audiencia que condujeron los republicanos del panel de Inmigración de la Cámara Baja, esta vez para echar leña al fuego y enfrentar a las minorías por la falta de empleo.
Krikorian arremetió contra el Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington, Pedro Pierluisi, por defender la reforma migratoria integral y por decir que “somos” una nación de inmigrantes.
Lo llamó “pseudo congresista” y bueno, por razones políticas que no vienen al caso en esta oportunidad, es cierto que el Comisionado no puede votar en el Congreso como tampoco pueden sufragar en elecciones presidenciales los 4 millones de boricuas en la Isla. Sólo votan si residen aquí.
Pero sin defender al Comisionado, con quien no comparto posturas políticas, me complace que otro puertorriqueño se sume a los promotores de una reforma migratoria integral.
Pierluisi es uno de los dos latinos en el panel Judicial cameral -la otra es la congresista demócrata de California, Linda Sánchez,- y el único en el Subcomité de Inmigración en la ahora minoría demócrata.
Y aunque Krikorian lo tilde de “pseudo congresista”, sigue siendo ciudadano como otros puertorriqueños, incluyendo a esta servidora, que abogan por una reforma integral. Otro puertorriqueño, el congresista demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, es considerado por muchos el abanderado nacional en la lucha por los inmigrantes y por la reforma migratoria amplia.
La semana pasada, America’s Voice y el Center for American Progress (CAP) auspiciaron un foro sobre el papel de los medios en español en Estados Unidos.
Antes de su intervención, la copresentadora del Noticiero Univisión, María Elena Salinas, me comentó que era curioso que los puertorriqueños, siendo ciudadanos, aboguen por la reforma migratoria y por la defensa de los inmigrantes.
Le respondí que en mi caso particular, precisamente por ser ciudadana y contar con voz y voto tengo el deber de ser voz y voto de quienes carecen de ambos.
Volviendo a Krikorian, el “experto” se ofendió porque Pierluisi se atrevió a considerarse parte de la nación estadounidense al decir “somos”.
“¿Cómo que somos?”, cuestionó. Puerto Rico, dijo Krikorian, “es un país extranjero”, una “nación distintiva con su propio lenguaje (extranjero), su propia historia y su propia cultura”. “Tenemos que poner fin a esta situación poco natural y darle a la nación de Puerto Rico su independencia tan pronto como sea posible”.
En la misma semana en que se conmemoró el 94 aniversario de la promulgación de la Ley Jones que concedió la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, Krikorian, en pocas palabras, propone que se la quiten.
Pero a nadie sorprende. Ahora no sólo están en contra de los indocumentados sino de ciudadanos que hablan un “lenguaje extranjero”, pero que muy bien les sirven para enviarlos a las guerras, algo que precisamente permitió la ley de Servicio Selectivo de 1917 promulgada después de haberle concedido la ciudadanía a los puertorriqueños. Se calcula que más de 20,000 puertorriqueños fueron enviados a la Primera Guerra Mundial.
Igualmente, no quieren a los indocumentados, pero sí los usan para cuidar a sus niños, limpiar sus casas o mantener sus jardines, como pretende un proyecto de ley republicano en Texas: castigar a quienes contraten indocumentados, con la excepción de “la ayuda” en los hogares. Como bien dijo la activista Angélica Salas, de CHIRLA, “el nivel de hipocresía en Texas alcanzó un nuevo bajo nivel”.
Más bien la hipocresía nacional en este tema migratorio ha alcanzado sus niveles más bajos y Krikorian lo ejemplifica.
No puede esconder la costura del grupo que representa y sus lazos con el nativista John Tanton quien está tras la fundación de tres organizaciones antiinmigrantes: FAIR, CIS y NumbersUSA.
Para Krikorian, Pedro Pierluisi es un “pseudo congresista”, los puertorriqueños somos “pseudo ciudadanos” y finalmente él es un pseudo experto en inmigración que representa a un grupo pseudo independiente que disfrazándose de investigador sólo encubre su agenda racista.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva y analista de America’s Voice
Es sobre inmigración y lo que Krikorian dijo sobre la tercera audiencia que condujeron los republicanos del panel de Inmigración de la Cámara Baja, esta vez para echar leña al fuego y enfrentar a las minorías por la falta de empleo.
Krikorian arremetió contra el Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington, Pedro Pierluisi, por defender la reforma migratoria integral y por decir que “somos” una nación de inmigrantes.
Lo llamó “pseudo congresista” y bueno, por razones políticas que no vienen al caso en esta oportunidad, es cierto que el Comisionado no puede votar en el Congreso como tampoco pueden sufragar en elecciones presidenciales los 4 millones de boricuas en la Isla. Sólo votan si residen aquí.
Pero sin defender al Comisionado, con quien no comparto posturas políticas, me complace que otro puertorriqueño se sume a los promotores de una reforma migratoria integral.
Pierluisi es uno de los dos latinos en el panel Judicial cameral -la otra es la congresista demócrata de California, Linda Sánchez,- y el único en el Subcomité de Inmigración en la ahora minoría demócrata.
Y aunque Krikorian lo tilde de “pseudo congresista”, sigue siendo ciudadano como otros puertorriqueños, incluyendo a esta servidora, que abogan por una reforma integral. Otro puertorriqueño, el congresista demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, es considerado por muchos el abanderado nacional en la lucha por los inmigrantes y por la reforma migratoria amplia.
La semana pasada, America’s Voice y el Center for American Progress (CAP) auspiciaron un foro sobre el papel de los medios en español en Estados Unidos.
Antes de su intervención, la copresentadora del Noticiero Univisión, María Elena Salinas, me comentó que era curioso que los puertorriqueños, siendo ciudadanos, aboguen por la reforma migratoria y por la defensa de los inmigrantes.
Le respondí que en mi caso particular, precisamente por ser ciudadana y contar con voz y voto tengo el deber de ser voz y voto de quienes carecen de ambos.
Volviendo a Krikorian, el “experto” se ofendió porque Pierluisi se atrevió a considerarse parte de la nación estadounidense al decir “somos”.
“¿Cómo que somos?”, cuestionó. Puerto Rico, dijo Krikorian, “es un país extranjero”, una “nación distintiva con su propio lenguaje (extranjero), su propia historia y su propia cultura”. “Tenemos que poner fin a esta situación poco natural y darle a la nación de Puerto Rico su independencia tan pronto como sea posible”.
En la misma semana en que se conmemoró el 94 aniversario de la promulgación de la Ley Jones que concedió la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, Krikorian, en pocas palabras, propone que se la quiten.
Pero a nadie sorprende. Ahora no sólo están en contra de los indocumentados sino de ciudadanos que hablan un “lenguaje extranjero”, pero que muy bien les sirven para enviarlos a las guerras, algo que precisamente permitió la ley de Servicio Selectivo de 1917 promulgada después de haberle concedido la ciudadanía a los puertorriqueños. Se calcula que más de 20,000 puertorriqueños fueron enviados a la Primera Guerra Mundial.
Igualmente, no quieren a los indocumentados, pero sí los usan para cuidar a sus niños, limpiar sus casas o mantener sus jardines, como pretende un proyecto de ley republicano en Texas: castigar a quienes contraten indocumentados, con la excepción de “la ayuda” en los hogares. Como bien dijo la activista Angélica Salas, de CHIRLA, “el nivel de hipocresía en Texas alcanzó un nuevo bajo nivel”.
Más bien la hipocresía nacional en este tema migratorio ha alcanzado sus niveles más bajos y Krikorian lo ejemplifica.
No puede esconder la costura del grupo que representa y sus lazos con el nativista John Tanton quien está tras la fundación de tres organizaciones antiinmigrantes: FAIR, CIS y NumbersUSA.
Para Krikorian, Pedro Pierluisi es un “pseudo congresista”, los puertorriqueños somos “pseudo ciudadanos” y finalmente él es un pseudo experto en inmigración que representa a un grupo pseudo independiente que disfrazándose de investigador sólo encubre su agenda racista.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva y analista de America’s Voice