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¡Sal de Tu Jaula!
Escrito el 09 Aug 2010
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¿Alguna vez has visto un pájaro corriendo por la calle? ¡Claro que no!
Un pájaro, desde que sale del cascarón sabe que su naturaleza es volar y su instinto le dice que tiene el poder para hacerlo. Sin embargo, si lo enjaulan, aunque tenga la capacidad para alcanzar grandes alturas, no puede porque su encierro no se lo permite.
De igual manera, tú naciste con la capacidad de volar pero si estás enjaulada no podrás hacerlo. Tal vez tu pareja no te deja expandir tus alas, a lo mejor una enfermedad ha truncado tu vuelo, o quizás tu situación económica no te permite despegar.
Sin embargo, ninguna situación debe detener tu vuelo porque tu naturaleza es ser triunfador.
Tú, al igual que un águila fuiste creado para a volar muy alto.
Si has olvidado el poder tan grande que hay dentro de ti, te recomiendo seguir estos cuatro pasos que lo recuperes nuevamente:
Se responsable de tus acciones. Deja de culpar a Dios, al destino o a otras personas de lo que no funciona en tu vida. Reconoce que la mayoría de las cosas que te suceden son producto de tus acciones.
Una vez aceptes esto, el control que logras sobre tu vida, es mucho mayor de lo que jamás habías imaginado.
Deshazte de lo que no te conviene. Si estás amarrado a un vicio, una amistad, un amor o un trabajo que consume tu energía y no te permite crecer, ¡es hora de liberarte!
Si no lo haces será muy difícil ejercer tu
poder.
Comprométete. Un compromiso es una promesa contigo mismo que nace del deseo de lograr algo. Cuando te comprometes a alcanzar una meta, automáticamente el universo se conspira para ayudarte a conseguirla.
Mantente enfocado en tu propósito a pesar de todos los desafíos que se te presenten.
Cree en ti. Este es el paso más importante para reconectarte con tu poder interno. Acepta que naciste con la capacidad de superar cualquier obstáculo. Siempre habrán dificultades y adversidades que te harán dudar de ellas, pero recuerda que la ecuación del triunfo se compone de tres variables: meta + obstáculos + perseverancia = éxito.
Naciste con todo lo necesario para volar tan alto como quieras.
Cuando expandas tus alas, vas a llegar a unas alturas que no imaginabas podías alcanzar.
Si tu intuición te dice: “emprende vuelo”, ¡decídete a despegar!
Un pájaro, desde que sale del cascarón sabe que su naturaleza es volar y su instinto le dice que tiene el poder para hacerlo. Sin embargo, si lo enjaulan, aunque tenga la capacidad para alcanzar grandes alturas, no puede porque su encierro no se lo permite.
De igual manera, tú naciste con la capacidad de volar pero si estás enjaulada no podrás hacerlo. Tal vez tu pareja no te deja expandir tus alas, a lo mejor una enfermedad ha truncado tu vuelo, o quizás tu situación económica no te permite despegar.
Sin embargo, ninguna situación debe detener tu vuelo porque tu naturaleza es ser triunfador.
Tú, al igual que un águila fuiste creado para a volar muy alto.
Si has olvidado el poder tan grande que hay dentro de ti, te recomiendo seguir estos cuatro pasos que lo recuperes nuevamente:
Se responsable de tus acciones. Deja de culpar a Dios, al destino o a otras personas de lo que no funciona en tu vida. Reconoce que la mayoría de las cosas que te suceden son producto de tus acciones.
Una vez aceptes esto, el control que logras sobre tu vida, es mucho mayor de lo que jamás habías imaginado.
Deshazte de lo que no te conviene. Si estás amarrado a un vicio, una amistad, un amor o un trabajo que consume tu energía y no te permite crecer, ¡es hora de liberarte!
Si no lo haces será muy difícil ejercer tu
poder.
Comprométete. Un compromiso es una promesa contigo mismo que nace del deseo de lograr algo. Cuando te comprometes a alcanzar una meta, automáticamente el universo se conspira para ayudarte a conseguirla.
Mantente enfocado en tu propósito a pesar de todos los desafíos que se te presenten.
Cree en ti. Este es el paso más importante para reconectarte con tu poder interno. Acepta que naciste con la capacidad de superar cualquier obstáculo. Siempre habrán dificultades y adversidades que te harán dudar de ellas, pero recuerda que la ecuación del triunfo se compone de tres variables: meta + obstáculos + perseverancia = éxito.
Naciste con todo lo necesario para volar tan alto como quieras.
Cuando expandas tus alas, vas a llegar a unas alturas que no imaginabas podías alcanzar.
Si tu intuición te dice: “emprende vuelo”, ¡decídete a despegar!