Victoria a Medias

Phoenix, AZ - El bloqueo temporal de algunas de las secciones más controversiales de la ley antiinmigrante SB1070 de Arizona fue bienvenido, incluso fue más allá de lo que algunos anticipaban, pero no es el final del camino. De todos modos la ley entró en vigor hoy jueves. De todos modos el alguacil Joe Arpaio sigue haciendo de las suyas –programó otro operativo para hoy-; de todos modos no hay reforma migratoria en puerta. Olga Rodríguez, una maestra de Phoenix que anoche participaba de la vigilia que se ha conducido frente al Capitolio estatal por semanas, lo resumió así: “Esto es un alivio, pero es como ponerle una curita a una operación”.
“Aquí tiene que haber una reforma de inmigración. Ya nos tardamos con la reforma. Ha habido mucho sufrimiento, muchas muertes, mucha separación de familias”, indicó Rodríguez a America’s Voice.
“Lo de la jueza es una gran victoria, pero no es la solución a todo este problema”, agregó.
En una decisión salomónica, la jueza permitió que la ley entrara en vigencia aunque bloqueó la autoridad de la policía para cuestionar la situación migratoria de una persona en el transcurso de alguna averiguación si existe ‘sospecha razonable’ de que esa persona sea indocumentada. Bloqueó además la parte que pide que los inmigrantes lleven consigo en todo momento sus documentos; la que prohíbe a los jornaleros solicitar trabajo en lugares públicos; y la que concede a la policía básicamente la autoridad de determinar quién es deportable.
Las secciones quedan suspendidas en tanto se dilucida el proceso legal en el cual el gobierno federal alega que Arizona ha usurpado su autoridad de fijar y aplicar las leyes migratorias. Cuando menos alienta la opinión de Bolton al decir que “preservar el statu quo mediante el interdicto preliminar es menos dañino que permitir que se apliquen leyes estatales sobre las cuales probablemente tiene preeminencia la ley federal”. La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, quien ha colocado este asunto al centro de su campaña electoral, ya anunció que apelará el bloqueo de las cláusulas ante el Noveno Circuito de San Francisco.
Así que el asunto continúa.
Con o sin SB1070, Arpaio ha seguido desafiante y continúa con su circo mediático mostrándole a la prensa el espacio preparado en su ciudad de carpas para albergar a los indocumentados que detenga. Pese a las 2,700 demandas en su contra, todavía el Departamento de Justicia no anuncia los resultados de su investigación en torno al alguacil por manejo de perfiles raciales, entre otras cosas.
Con o sin SB1070 muchos inmigrantes permanecerán en Arizona o se trasladarán a otros estados con el mismo problema sin resolver: viviendo ocultos, a merced de otras iniciativas anti inmigrantes y en muchos casos con familiares residentes legales o ciudadanos pagando las consecuencias del desbarajuste.
Y es que en tanto el Congreso y la administración no agarren el toro por los cuernos y avancen una reforma migratoria que aborde de manera integral todos los componentes del problema migratorio, el gobierno federal seguirá viéndose obligado a defender esu autoridad una y otra vez. Algunos esperan que el caso de Arizona siente un precedente para que otros estados entiendan los límites de su autoridad.
Por ahora todo apunta a que esa autoridad federal sobre gobiernos estatales en el ámbito migratorio se le sigue reconociendo en la teoría. A ver si comienza a ejercerla de manera efectiva en la práctica. A ver si además esta situación en Arizona saca a los políticos de los cómodos escondites de donde salen cada dos o cuatro años a hacer campaña y que cuando lo hagan, pasen de tanta promesa a algo real.
En la vigilia, Jorge González seguía anoche portando su cartel en contra de la SB1070. “Llevamos 102 días esperando y rezando. Queríamos que la jueza quitara toda la ley. No sólo partes. Es una victoria a medias. Nos ayudaría más una reforma, pero no sé si pasará, aunque la esperanza es lo último que se pierde”.

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