Capos mexicanos los más poderosos

MEXICO - Sicarios, con las pistolas encajadas en los pantalones y transmisores-receptores portátiles amarrados al cinto, se desplazan libremente por esta ciudad de agricultores de sorgo y ganaderos, someten sus botas de piel de avestruz a la destreza de los chicos lustrabotas en la plaza y se detienen en los bares para tomarse una cerveza.

La facilidad y el desparpajo con los que operan -tanto en Miguel Alemán como en incontables pueblos en todo México- reflejan el poderío que tienen los cárteles de la droga en esta nación de casi 100 millones de habitantes, y el poder que han conquistado como principales abastecedores del hábito de la droga de los estadounidenses, un negocio ilegal de 65,000 millones de dólares.

Las bandas de los narcos mexicanos han tenido notable éxito en las dos últimas décadas, reemplazando gradualmente a las bandas colombianas en Estados Unidos para controlar la lucrativa distribución de cocaína de costa a costa. Larry Holifield, director de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) para México y Centroamérica, dijo que los cárteles mexicanos son ahora los más poderosos del mundo.

Su influencia creciente ha sido notable en los últimos años. En el 2003, los traficantes mexicanos fueron responsables por el 77 por ciento de la cocaína que ingresó en Estados Unidos. El año pasado esa cifra trepó al 92 por ciento , dijo en junio a un panel congresional Anthony Placido, titular de inteligencia de la DEA.

Las bandas mexicanas también dominan el creciente negocio de las metanfetaminas y producen el 53 por ciento de las drogas circulantes en "superlaboratorios" en México a medida que Estados Unidos hace sus leyes más estrictas. Gran parte del resto de las drogas se elabora en laboratorios clandestinos en California, también operados por mexicanos, dicen funcionarios estadounidenses. Y como sucede desde hace casi un siglo, México es el mayor abastecedor de marihuana a Estados Unidos y produce casi la mitad de la heroína que se consume al norte de la frontera, sólo detrás de Colombia. El negocio de la droga impregna casi todas las facetas de la vida en México.

En Miguel Alemán, los narcotraficantes impulsan la economía local y dominan a los residentes suscitando una combinación de temor y admiración, amenazando o sobornando a cualquiera que se atreva a enfrentarlos.

Los residentes de esta ciudad de 35 mil habitantes, al otro lado de la frontera de Roma, en Texas, pueden identificar fácilmente a los sicarios que viajan en furgonetas a prueba de bala y vehículos utilitarios.

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