Cuando llega un hermanito
Ellos pueden ser los mejores amigos y en menos de un minuto, convertirse en archi enemigos. Compiten entre ellos, se ayudan, se atacan, se defienden y alternativamente se aman y odian. Son hermanos y esa convivencia de sentimientos opuestos (el amor y el odio) es una de las características que definen ese tipo de relación.
Si bien las reacciones pueden ser muy diferentes según la edad e incluso el temperamento del niño, lo cierto es que amor y odio van juntos cuando se trata de hermanos.
Hay niños que están encantados con tener un hermanito y desde que conocen la noticia lo demuestran, hasta en algunos casos en forma exagerada, dando besos a la panza de la mamá y hablando del bebé y con el bebé todo el tiempo.
Sin embargo, muchos otros, en general los más pequeños, no se dan tan fácilmente por vencidos y están dispuestos a luchar por preservar algo del lugar de rey, amo y señor al que lo tenían acostumbrados sus padres.
Estos niños muchas veces buscan llamar la atención de sus padres y en algunos casos hasta se ponen agresivos con el medio en general y con el nuevo miembro de la familia en particular.