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Disturbios en Francia alientan debate sobre inmigración en E.U.
Escrito el 21 Nov 2005
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WASHINGTON - Los disturbios registrados en Francia en las últimas semanas han sido utilizados por opositores y defensores de la reforma migratoria en EEUU para reforzar sus puntos de vista sobre la situación de los inmigrantes en este país.
Mientras algunos en Washington advierten que Francia es un ejemplo de los eventuales riesgos de recibir grandes cantidades de extranjeros en un país, otros destacan la necesidad de construir un sentimiento de identidad nacional compartido por los inmigrantes.
"Esto (que ocurrió en Francia) demuestra la necesidad integrar a los inmigrantes", dijo a EFE Michele Waslin, directora de investigaciones sobre inmigración para el Consejo Nacional de La Raza, grupo que defiende los derechos de los hispanos en EEUU.
Waslin destacó que muchos de los protagonistas de los disturbios en Francia son "gente que nació en Francia y vivió ahí toda su vida, por lo que ni siquiera son inmigrantes, son franceses, pero no están integrados a la comunidad".
"En EEUU no queremos alienar o marginar inmigrantes. Necesitamos promover políticas que integren a los inmigrantes en la sociedad estadounidense, lo que incluye educación, salud, movilidad laboral y reformar las leyes migratorias para que la gente pueda estar aquí legalmente", indicó.
La mayoría de los manifestantes en Francia son hijos de inmigrantes musulmanes que llegaron al país desde el norte o el oeste de Africa, que están desempleados y han sufrido represión policial.
"La lección más importante (de los incidentes en Francia) es que el sistema de inmigración estadounidense debe estar basado en la tradición estadounidense de inmigrantes que vienen de todas partes y se integran a la sociedad", dijo Douglas Rivlin, director de comunicaciones del Foro Nacional de Inmigración, con sede en Washington.
Según Rivlin "una de las cosas que suceden ahora (en EEUU) es que mucha de la inmigración ocurre por fuera de los canales legales y tenemos gente sin derechos o posibilidades de avanzar en la sociedad,marginada, y eso crea dos tipos de sociedades".
Los disturbios franceses ocurrieron mientras en EEUU cobra fuerza el debate sobre la reforma migratoria, ante la pregunta básica de qué hacer con los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se estima que hay en el país, en su mayoría hispanos.
Algunos senadores apoyan la idea de conceder permisos de trabajo a los indocumentados y abrir la posibilidad para que algunos de ellos obtengan la residencia permanente en el país.
Pero otros reclaman mayor control policial de los inmigrantes y que regresen a sus países de origen para que puedan aplicar por permisos de trabajo en EEUU,sin la posibilidad de alcanzar la ciudadanía.
El presidente George W. Bush buscó ubicarse en una posición intermedia: prometió mayor firmeza contra los indocumentados y reclamó un programa de permisos temporales de trabajo por hasta seis años.
Los proyectos de reforma migratoria en EEUU y los incidentes en Francia fueron el tema central de una charla hoy, lunes, en un salón del Congreso, organizada por el Centro para Estudios de Inmigración, entidad de análisis conservadora contraria a la idea de abrir más espacios para los inmigrantes.
Mark Krikorian, director ejecutivo de ese centro, dijo que "la comunidad mexicana en particular y la hispana en general ya son muy grandes" y los programas de trabajadores temporales "van a introducir enormes cantidades adicionales de inmigrantes".
"Si combinamos eso con los esfuerzos del gobierno mexicano de extender su control sobre esas comunidades (...) habría zonas impenetrables en las ciudades estadounidenses. Cuando querramos reasegurar nuestra soberanía sobre esas zonas vamos a tener un enfrentamiento y habrá un potencial para la violencia", continuó.
"Espero no estar fantaseando, creo que esta es una posibilidad real", dijo.
El presidente del Centro para Política de Seguridad, Frank Gaffney, admitió durante la charla que existen varias diferencias entre la comunidad musulmana en Francia y la hispana en EEUU, pero insistió en que los inmigrantes "podrían ser un problema" aquí debido a su "falta de asimilación".
Mientras algunos en Washington advierten que Francia es un ejemplo de los eventuales riesgos de recibir grandes cantidades de extranjeros en un país, otros destacan la necesidad de construir un sentimiento de identidad nacional compartido por los inmigrantes.
"Esto (que ocurrió en Francia) demuestra la necesidad integrar a los inmigrantes", dijo a EFE Michele Waslin, directora de investigaciones sobre inmigración para el Consejo Nacional de La Raza, grupo que defiende los derechos de los hispanos en EEUU.
Waslin destacó que muchos de los protagonistas de los disturbios en Francia son "gente que nació en Francia y vivió ahí toda su vida, por lo que ni siquiera son inmigrantes, son franceses, pero no están integrados a la comunidad".
"En EEUU no queremos alienar o marginar inmigrantes. Necesitamos promover políticas que integren a los inmigrantes en la sociedad estadounidense, lo que incluye educación, salud, movilidad laboral y reformar las leyes migratorias para que la gente pueda estar aquí legalmente", indicó.
La mayoría de los manifestantes en Francia son hijos de inmigrantes musulmanes que llegaron al país desde el norte o el oeste de Africa, que están desempleados y han sufrido represión policial.
"La lección más importante (de los incidentes en Francia) es que el sistema de inmigración estadounidense debe estar basado en la tradición estadounidense de inmigrantes que vienen de todas partes y se integran a la sociedad", dijo Douglas Rivlin, director de comunicaciones del Foro Nacional de Inmigración, con sede en Washington.
Según Rivlin "una de las cosas que suceden ahora (en EEUU) es que mucha de la inmigración ocurre por fuera de los canales legales y tenemos gente sin derechos o posibilidades de avanzar en la sociedad,marginada, y eso crea dos tipos de sociedades".
Los disturbios franceses ocurrieron mientras en EEUU cobra fuerza el debate sobre la reforma migratoria, ante la pregunta básica de qué hacer con los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se estima que hay en el país, en su mayoría hispanos.
Algunos senadores apoyan la idea de conceder permisos de trabajo a los indocumentados y abrir la posibilidad para que algunos de ellos obtengan la residencia permanente en el país.
Pero otros reclaman mayor control policial de los inmigrantes y que regresen a sus países de origen para que puedan aplicar por permisos de trabajo en EEUU,sin la posibilidad de alcanzar la ciudadanía.
El presidente George W. Bush buscó ubicarse en una posición intermedia: prometió mayor firmeza contra los indocumentados y reclamó un programa de permisos temporales de trabajo por hasta seis años.
Los proyectos de reforma migratoria en EEUU y los incidentes en Francia fueron el tema central de una charla hoy, lunes, en un salón del Congreso, organizada por el Centro para Estudios de Inmigración, entidad de análisis conservadora contraria a la idea de abrir más espacios para los inmigrantes.
Mark Krikorian, director ejecutivo de ese centro, dijo que "la comunidad mexicana en particular y la hispana en general ya son muy grandes" y los programas de trabajadores temporales "van a introducir enormes cantidades adicionales de inmigrantes".
"Si combinamos eso con los esfuerzos del gobierno mexicano de extender su control sobre esas comunidades (...) habría zonas impenetrables en las ciudades estadounidenses. Cuando querramos reasegurar nuestra soberanía sobre esas zonas vamos a tener un enfrentamiento y habrá un potencial para la violencia", continuó.
"Espero no estar fantaseando, creo que esta es una posibilidad real", dijo.
El presidente del Centro para Política de Seguridad, Frank Gaffney, admitió durante la charla que existen varias diferencias entre la comunidad musulmana en Francia y la hispana en EEUU, pero insistió en que los inmigrantes "podrían ser un problema" aquí debido a su "falta de asimilación".