El Misterio de la “Niña Blanca”

CIUDAD DE MEXICO - En un barrio céntrico de la capital se venera a una popular imagen religiosa. El culto a la Santa Muerte se hace oficialmente en los altares de un templo católico (no romano), donde cientos de personas, entre niños y adultos, celebran misas, le rinden devoción y le solicitan favores. Mientras la Iglesia de Roma repudia la práctica, que antecede a Hernán Cortés, su culto crece en México.

Con ropaje elegantemente decorado y del tamaño de una persona, la imagen de la Santa Niña Blanca (como la llaman también los creyentes) sostiene al mundo sobre la palma de la mano izquierda, en una vitrina colocada en la entrada de la Parroquia de la Misericordia, ubicada en la céntrica Colonia Morelos. El templo, que sirve de santuario a la Santa Muerte, pertenece a la Iglesia Catélica Tradicionalista Mex-USA, denominación independiente de la jerarquía católica romana, e integrada por 15 parroquias en Los Angeles, California, y una en México.

Al fondo de la construcción, en lo que fuera una casa de principios del siglo XX, se ubica el altar principal de la Soberana Señora, donde cientos de personas acuden semanalmente a rezarle o a pedirle algún favor.

"Unas 80 ó 90 personas diarias, que vienen en familia, individualmente o acompañadas y lo mismo en las misas, tenemos una afluencia de 200 a 300 personas dos veces por semana", comenta monseñor David Romo, párroco del lugar.

Entre flores y veladoras, al menos 20 imágenes y cuadros de la "Poderosa Señora" integran el altar donde sus devotos le ofrendan manzanas rojas, agua, pan blanco, incienso e incluso le invitan a cigarros, que según la creencia siempre deben ser dos, uno para ella y otro para el devoto.

"En la actualidad es una devoción que ya está al nivel de San Judas Tadeo (uno de los santos más importantes para los mexicanos) y posiblemente hasta de la Virgen de Guadalupe".

Aunque no existe un censo sobre el número de personas que actualmente le rinden culto, lo cierto es que en la venta de imágenes de la Santa Muerte es superior a la de otros santos, según una encuesta informal de varios vendedores en el tradicional mercado de Sonora, donde se puede encontrar una infinidad de artículos religiosos.

"Uy sí, la Santa Muerte es la que se vende más. Chicas, grandes, medallas, o en estampas se venden más que otros santos", opina María Guadalupe Alfaro, empleada de una tienda del mercado.

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