Futuro incierto para los indocumentados

TUCSON, Arizona - La llegada de la Guardia Nacional a la frontera sur y la posible construcción de un muro son sólo signos de que se avecinan tiempos difíciles para los inmigrantes indocumentados, según el académico Joseph Nevins.

Nevins, autor del libro "Operation Gatekeeper: The Rise of the Illegal Alien and the Making of the U.S.-Mexico Boundary", aseguró a Efe que la inmigración ilegal afecta a muchos países por igual, y que el problema radica en que a las personas se les niega el derecho básico de trasladarse a otro lugar en busca de una mejor vida.

"Los mismos factores que rodean la inmigración ilegal que enfrentan varios países europeos, los vemos en la frontera sur de los Estados Unidos, aunque también esta región cuenta con características que la hacen única", dijo Nevins, profesor asistente de Geografía en Vassar College (Nueva York).

En su opinión, el Gobierno estadounidense no ha aprendido la lección, ya que en las últimas dos décadas ha gastado millones de dólares en la vigilancia de la frontera, pero hasta el momento ningún esfuerzo ha servido para detener la inmigración ilegal. El escritor, que pasará el verano en Tucson para observar de cerca el fenómeno como voluntario del grupo "No más muertes, indicó que el envío de la Guardia Nacional para apoyar a la Patrulla Fronteriza tendrá "un efecto muy pequeño" en la contención del flujo migratorio.

Agregó que la sola presencia de soldados de la Guardia Nacional, aunque no participen directamente en la detención de inmigrantes, sólo significará un aumento en el número de muertes de indocumentados y de violaciones a los derechos humanos.

Se calcula que desde 1985 más de 3 mil inmigrantes indocumentados han muerto a lo largo de las casi 2 mil millas de frontera que comparten los Estados Unidos y México.

"Estamos hablando sólo de los cuerpos que han sido encontrados, no sabemos en realidad cuál podría ser la cifra exacta", dijo Nevins.

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