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Polémica por Reducción Militar Fronteriza
Los miembros de la Guardia Nacional portan armas, pero solo pueden usarlas para protección personal
Escrito el 13 Jan 2012
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San Diego, CA - La posible reducción de la presencia de la Guardia Nacional en la frontera ha creado polémica entre quienes consideran que ésta no es segura y aquellos que señalan que la disminución de la inmigración indocumentada hace innecesaria su presencia.
Los 1,200 agentes de la Guardia Nacional desplazados a la frontera de California, Arizona, Nuevo México y Texas con México son parte de la "Operación Falange", que hasta el momento ha costado $180 millones.
Las tropas arribaron a la frontera en agosto de 2010, y su misión ha sido extendida dos veces más, pero hasta el momento la Administración Obama no ha anunciado una nueva extensión.
El representante republicano Duncan Hunter de San Diego dijo que un miembro de alto rango de la Guardia Nacional en California le informó sobre los planes para reducir a la mitad la presencia de las tropas para marzo del año próximo en los cuatro estados fronterizos.
Para Hunter, un crítico de la inmigración indocumentada, esta reducción es de carácter político y responde a los problemas presupuestarios del Gobierno, por lo que "presentará problemas de seguridad en la frontera".
Los miembros de la Guardia Nacional portan armas, pero solo pueden usarlas para protección personal, y su principal tarea es disuasiva, ya que la Patrulla Fronteriza es la única entidad que puede efectuar arrestos, dijo la comandante Kimberly Holman, portavoz de la Guardia Nacional estatal en California.
Esta división de tareas busca evitar que se viole una ley federal que prohíbe que el ejército de EEUU patrulle en territorio nacional, por lo que es especialmente significativo el trabajo de los analistas criminales que trabajan en fuerzas especiales, de acuerdo con Holman.
Para la portavoz, esta operación también ayuda a miembros de la Guardia Nacional que regresan de operaciones en ultramar a que se reintegren a la vida en su país, pues más de la mitad de los participantes pertenecen a esta categoría.
La visión de políticos, principalmente republicanos, que considera a la frontera fuera de control se contradice con cifras que indican que los arrestos en la frontera sur se encuentran en su nivel más bajo en 40 años, con solo 447,731 inmigrantes arrestados durante el año fiscal 2010, un número significativamente menor que el promedio de cerca de un millón de arrestos anuales de las décadas de los ochenta y noventa.
Actualmente, la agencia federal cuenta con 18,200 agente en la frontera del suroeste, lo que representa el doble de los 9,100 en 2009.
Los 1,200 agentes de la Guardia Nacional desplazados a la frontera de California, Arizona, Nuevo México y Texas con México son parte de la "Operación Falange", que hasta el momento ha costado $180 millones.
Las tropas arribaron a la frontera en agosto de 2010, y su misión ha sido extendida dos veces más, pero hasta el momento la Administración Obama no ha anunciado una nueva extensión.
El representante republicano Duncan Hunter de San Diego dijo que un miembro de alto rango de la Guardia Nacional en California le informó sobre los planes para reducir a la mitad la presencia de las tropas para marzo del año próximo en los cuatro estados fronterizos.
Para Hunter, un crítico de la inmigración indocumentada, esta reducción es de carácter político y responde a los problemas presupuestarios del Gobierno, por lo que "presentará problemas de seguridad en la frontera".
Los miembros de la Guardia Nacional portan armas, pero solo pueden usarlas para protección personal, y su principal tarea es disuasiva, ya que la Patrulla Fronteriza es la única entidad que puede efectuar arrestos, dijo la comandante Kimberly Holman, portavoz de la Guardia Nacional estatal en California.
Esta división de tareas busca evitar que se viole una ley federal que prohíbe que el ejército de EEUU patrulle en territorio nacional, por lo que es especialmente significativo el trabajo de los analistas criminales que trabajan en fuerzas especiales, de acuerdo con Holman.
Para la portavoz, esta operación también ayuda a miembros de la Guardia Nacional que regresan de operaciones en ultramar a que se reintegren a la vida en su país, pues más de la mitad de los participantes pertenecen a esta categoría.
La visión de políticos, principalmente republicanos, que considera a la frontera fuera de control se contradice con cifras que indican que los arrestos en la frontera sur se encuentran en su nivel más bajo en 40 años, con solo 447,731 inmigrantes arrestados durante el año fiscal 2010, un número significativamente menor que el promedio de cerca de un millón de arrestos anuales de las décadas de los ochenta y noventa.
Actualmente, la agencia federal cuenta con 18,200 agente en la frontera del suroeste, lo que representa el doble de los 9,100 en 2009.