Cuando se adopta con amor

CIUDAD DE MÉXICO.- Alejandro Di Grazia nació en Buenos Aires, Argentina. Llegó a México para estudiar una maestría con especialización en psicología y se enamoró tan locamente de Pilar que decidió no regresar a su patria.

Alex y Pili, como cariñosamente se dicen, se casaron convencidos de querer formar una familia numerosa, llena de niños que jugaran por toda su casa. Poco después de contraer matrimonio llegó a sus vidas Stéfano, hoy de 13 años, con quien iniciaron ese proyecto de vida llamado hogar.

Los años pasaron y los Di Grazia intentaron tener más hijos, desgraciadamente Pilar tenía algunos problemas ginecológicos y después de abortar dos veces, esta pareja se decidió a adoptar.

La decisión no fue nada fácil. Al principio del proceso los aquejaron miedos y prejuicios. Pilar temía hacer grandes diferencias a favor de su hijo biológico. "Me decían 'cuidado, en el corazón no se manda'", comenta Pili. Pero todo miedo se disipó cuando llegó Franco, hoy de 7 años y con apenas 4 en ese entonces, y a los pocos minutos le dijo "mamá".

Este pequeño niño había pasado por situaciones muy lamentables antes de llegar al hogar de los Di Grazia. Alejandro comenta que parte de la decisión de adoptar contiene unas infinitas ganas de ayudar, "hay miles de niños alrededor del mundo sin padres o alguien que los pueda cuidar".

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