Planear las finanzas para los momentos especiales de la vida
La temporada de fiestas de fin de año llegó y se fue, pero la vida ofrece muchas razones para seguir celebrando. Nuestras vidas están llenas de costumbres, tradiciones y eventos importantes que traen alegría y felicidad a nuestras familias. Ya sea una boda, el nacimiento de un bebé o una fiesta de quinceañera, las familias se reunirán para celebrar su buena fortuna.
Es importante celebrar la vida y la cultura. Al igual que con otras decisiones financieras importantes, si no tienes un plan, puedes perder el control de tus gastos. Ya sea que prepares un presupuesto para un objetivo a corto o a largo plazo, la planificación es importante. Desde luego que el plan puede cambiar, pero tienes que empezar de algún punto.
La Campaña Hispana de Educación Financiera de Visa recomienda usar los siguientes consejos para planear un presupuesto por tu cuenta o con tu familia:
Evalúa tus necesidades: Evalúa tu situación financiera para verla en su totalidad. Ve el presupuesto que tienes disponible de tus ingresos y posiblemente de parte de los padrinos, y determina cuánto dinero se puede gastar para tu meta a corto plazo, sin afectar negativamente las que son a largo plazo. Prepara dos listas: una lista de lo que quieres y otra de lo que necesitas.
Pregúntate: ¿Por qué quiero comprar eso?
¿Cómo cambiarían las cosas si lo tuviera?
¿Habría opciones más económicas que me hicieran igualmente feliz?
¿Qué otras cosas cambiarían si lo tuviera?
¿Qué cosas son de verdad importantes para mí?
¿Cómo se compara con mis valores?
Establece metas: Una vez que hayas determinado tus necesidades, debes convertirlas en tus metas. Estas pueden ser a corto y a largo plazo. Una boda o una fiesta de quinceañera son metas a corto plazo que deben lograrse, pero criar a un hijo es una meta a largo plazo.
Haz un plan. No es solamente importante desarrollar un plan para las metas de la vida a largo plazo, sino también para las metas a corto plazo. A largo plazo, pregúntate dónde quisieras estar en los próximos cinco, diez o 20 años. Si tu meta es a corto plazo, pregúntate donde quieres estar en el plazo de un año, ya que afectará a otras metas financieras, como la compra de una casa o de un automóvil. Una vez que sepas lo que es importante, puedes empezar a pensar en los pasos que se necesitarán para lograr tus metas. Mientras más pasos puedas desarrollar y asignarles prioridades, mayor éxito tendrás para alcanzar tus metas. Hazlo: Una vez que tengas tu plan, debes llevarlo a cabo. Debes comprometerte con tus metas. Escríbelas. Colócalas en algún lugar donde puedas verlas, para que no se te olviden.
Al dar estos pasos, éstos deben estar libres de tensión, y sobre todo, llenos de diversión y de felicidad. Con la preparación y la planificación inteligente de un presupuesto, puedes aprovechar tu dinero al máximo, y empezar a establecer otras metas financieras, ya sean a corto o a largo plazo, como la compra de un automóvil para cuando tu hija cumpla dieciséis años, el pago inicial para la casa de tu nueva familia, o un plan de ahorros para los gastos universitarios de tus hijos.
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Especial para La Voz