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Ten expectativas de obtener mucho dinero
Escrito el 28 Jul 2010
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La ley de las expectativas dice que de acuerdo a lo que esperes en tu vida, así obtendrás. Quien espera poco, obtiene poco y quien espera mucho, ¡obtiene un montón!. Teniendo eso en cuenta, te pregunto: ¿Te atreverías esperar cantidades colosales de dinero? Te advierto que quienes lo esperan se salen con la suya.
Tu nivel de expectativas está en proporción directa con lo que vas a recibir. Por eso, no es casualidad que los millonarios siempre tienen expectativas de ganar mucho dinero.
Las personas que poseen riquezas tienen una forma de pensar completamente opuesta a aquellos que carecen de abundancia monetaria. La diferencia entre ellos es su nivel de expectativas. Por ejemplo: Si speras tener ahorrado para tu retiro 50 mil dólares, aunque te caigan millones del cielo, de alguna forma lo malgastarás porque tu expectativa era de acumular únicamente 50 mil. Hay estudios que demuestran que no importa cuántos millones ganen los jugadores de lotería, la mayoría regresan a su condición original de pobreza. Así mismo ocurre con aquellos que construyen fortunas por ellos mismos, cuando las pierden, las vuelven a recuperar y regresan a su estado original de riqueza. Esto se debe a que cada cual retorna a la cantidad que iba la par con su nivel de expectativa.
La realidad es que todos quisiéramos tener mucho dinero, ya sea para satisfacción personal, para obtener fama, para adquirir poder, para ayudar a los más necesitados o simplemente para hacer una diferencia en el mundo. Sin embargo, hay quienes sin darse cuenta ahuyentan el dinero de sus vidas porque piensan negativamente sobre él.
Seguro que has oído a alguien expresar una de estas afirmaciones: “la plata es la raíz de todos los pecados”, “el dinero no compra la felicidad”, “los ricos no van al cielo”, “es imposible ser millonario y espiritual a la vez”. O que tal: “no necesito dinero para ser feliz”.
Se consiente que cuando hablas negativamente de algo, o lo desprecias, ¡lo espantas! ¿Quieres hacer la prueba? Dile a tu pareja: “no te necesito para ser feliz”. ¡Verás como huye de tu lado a la velocidad de un rayo! Lo mismo sucede con el dinero, si lo desprecias se aleja. Obviamente no estoy diciendo que tu felicidad depende de una jugosa cuenta bancaria, una casa de verano junto al mar o un hermoso anillo de
diamante. ¡No! Ningún lujo o persona puede hacerte plenamente feliz, la felicidad se encuentra en la satisfacción personal contigo mismo. Pero no hay nada malo en que el dinero te de seguridad, tranquilidad y satisfacción. Así que para atraerlo: habla bien de él, dale la bienvenida y ¡eleva tus expectativas!
Tu nivel de expectativas está en proporción directa con lo que vas a recibir. Por eso, no es casualidad que los millonarios siempre tienen expectativas de ganar mucho dinero.
Las personas que poseen riquezas tienen una forma de pensar completamente opuesta a aquellos que carecen de abundancia monetaria. La diferencia entre ellos es su nivel de expectativas. Por ejemplo: Si speras tener ahorrado para tu retiro 50 mil dólares, aunque te caigan millones del cielo, de alguna forma lo malgastarás porque tu expectativa era de acumular únicamente 50 mil. Hay estudios que demuestran que no importa cuántos millones ganen los jugadores de lotería, la mayoría regresan a su condición original de pobreza. Así mismo ocurre con aquellos que construyen fortunas por ellos mismos, cuando las pierden, las vuelven a recuperar y regresan a su estado original de riqueza. Esto se debe a que cada cual retorna a la cantidad que iba la par con su nivel de expectativa.
La realidad es que todos quisiéramos tener mucho dinero, ya sea para satisfacción personal, para obtener fama, para adquirir poder, para ayudar a los más necesitados o simplemente para hacer una diferencia en el mundo. Sin embargo, hay quienes sin darse cuenta ahuyentan el dinero de sus vidas porque piensan negativamente sobre él.
Seguro que has oído a alguien expresar una de estas afirmaciones: “la plata es la raíz de todos los pecados”, “el dinero no compra la felicidad”, “los ricos no van al cielo”, “es imposible ser millonario y espiritual a la vez”. O que tal: “no necesito dinero para ser feliz”.
Se consiente que cuando hablas negativamente de algo, o lo desprecias, ¡lo espantas! ¿Quieres hacer la prueba? Dile a tu pareja: “no te necesito para ser feliz”. ¡Verás como huye de tu lado a la velocidad de un rayo! Lo mismo sucede con el dinero, si lo desprecias se aleja. Obviamente no estoy diciendo que tu felicidad depende de una jugosa cuenta bancaria, una casa de verano junto al mar o un hermoso anillo de
diamante. ¡No! Ningún lujo o persona puede hacerte plenamente feliz, la felicidad se encuentra en la satisfacción personal contigo mismo. Pero no hay nada malo en que el dinero te de seguridad, tranquilidad y satisfacción. Así que para atraerlo: habla bien de él, dale la bienvenida y ¡eleva tus expectativas!