Comunidad de inmigrantes preocupada

Washington, - Las redadas de inmigrantes indocumentados en algunos estados y la anunciada ayuda de grupos de voluntarios civiles en la vigilancia fronteriza ha motivado seria preocupación entre la comunidad de inmigrantes.

Algunas redadas han ocurrido en los últimos días en lugares públicos de Miami (Florida) y en otras áreas de ese estado, además de las que se llevan a cabo con frecuencia en la jurisdicción de Los Angeles (California), Texas, Nueva York, Chicago y una variedad de ciudades con alta presencia hispana. José Lagos, de la organización privada "Unidad Hondureña", de ayuda a los inmigrantes, dijo hoy a EFE que en el caso de la Florida, su entidad, junto con otros grupos, planteó "este problema" a las autoridades en Miami de los Servicios de Inmigración y Aduanas (ICE).

Esta institución tiene bajo su responsabilidad la búsqueda y detención de los extranjeros que trasgreden las leyes migratorias de Estados Unidos para su deportación. Funcionarios de ICE sostienen que tomar bajo su custodia a los extranjeros sin "papeles" migratorios obedece a mandatos legales que no se pueden dejar de cumplir en aras de la seguridad nacional.

Lagos dio a conocer que Carlos Iturregui, del Departamento de Seguridad Nacional, del que dependen las tres instituciones de inmigración creadas en 2003,afirmó que pronto celebrará una reunión con los líderes comunitarios "para escuchar sus opiniones" sobre la detención de indocumentados en los lugares públicos. Dirigentes de grupos a favor de los hispanos creen que las redadas en Miami y otras ciudades de la Florida -particularmente en aeropuertos y en medios de transporte colectivo urbano-, afectan de forma directa a la industria del turismo y las actividades diarias en general.

Se pronunciaron por la pronta legalización de los entre 8 y 12 millones de inmigrantes indocumentados que el secretario de Seguridad Nacional, Tom Ridge, calcula viven en EEUU.

Tanto la "Unidad Hondureña" como otras organizaciones que respaldan a los inmigrantes de todas las nacionalidades en Estados Unidos han expresado su auspicio a la reforma migratoria que impulsa el presidente George W. Bush.

Por otro lado, a la preocupación por el arresto de ciudadanos indocumentados de terceros países que viven en esta nación, esas asociaciones privadas sin fines de lucro han sumado otro quebradero de cabeza, como es el anuncio de grupos de civiles estadounidenses de querer cooperar con las autoridades en la vigilancia fronteriza.

Esos norteamericanos pretenden ayudar a la eficacia de la Patrulla de Fronteras en su tarea de impedir la entrada de miles de nacionales indocumentados de otros países a suelo estadounidense, según informaron esta semana varios dirigentes de esos voluntarios. Expertos en inmigración han advertido que el aceptar la asistencia de esas personas por parte de la Patrulla de Fronteras puede dar paso a abusos y un aumento en las tensiones en la línea divisoria sur.

Opinan que la vigilancia de esas zonas debe ser plena responsabilidad de los agentes federales de EEUU que han sido capacitados para lidiar con el flujo de inmigrantes que, sin los documentos migratorios indispensables, intentan radicarse en EEUU.

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