Condena Hans Küng el belicismo de Bush

MÉXICO, DF - El nuevo orden mundial requiere de un paradigma de cooperación y paz, pero la administración Bush representa el regreso a un viejo modelo de división y guerra con su política unilateral e imperialista contra los países islámicos, apoyando la ocupación en Palestina y la guerra contra Líbano, afirma el teólogo Hans Küng (Suiza, 1928).

"Esta recaída es un fracaso total, el balance de la guerra en Iraq es desolador: más de 65 mil civiles iraquíes caídos, 4 millones de civiles desplazados y refugiados, 3 mil 223 muertos y más de 24 mil heridos en las filas estadounidenses y 350 mil millones de dólares en gastos hasta la fecha, sin contar mil 80 millones solicitados por Bush para sostener hasta 2008 las operaciones y el aumento de tropas con el que intenta responder a la crítica situación", estableció el presidente de la Fundación Ética Mundial, creada en 1995.

Ese nuevo paradigma en las relaciones internacionales ha sido desarrollado por Küng en sus libros "Proyecto de una ética mundial" (1990) y "Una ética mundial para la economía" (1997).

Expuso que a la caída del Muro de Berlín (1989), símbolo del totalitarismo, se presentó la oportunidad para Estados Unidos de plantear un nuevo paradigma.

"Pero Bush (padre) no tenía demasiada idea en qué iba a consistir este nuevo paradigma y, lejos de lo prometido, nada de democracia en Kuwait, ningún final de la ocupación de Palestina por Israel, caldo de cultivo del terrorismo árabe. En esta medida se plantea la pregunta ¿no habremos perdido la ocasión para un nuevo paradigma?", planteó.

tratado humanamente) y reciprocidad (no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti), comunes a las tradiciones religiosas.No obstante, Küng añadió que observa con esperanza un cambio de paradigma hacia el diálogo en las relaciones internacionales basado en la cooperación e integración regional, como en la Unión Europea.

El teólogo promueve una ética mundial que descansa en los principios de humanidad (todo ser humano debe ser Estos principios están consagrados en la Declaración hacia una ética mundial, emanada del Parlamento de las Religiones (Chicago, 1993), de la que Küng es el principal autor, y que traduce en cuatro compromisos: a favor de una cultura de no violencia y respeto a toda vida; solidaridad y orden económico justo; tolerancia y estilo de vida honrado y veraz; igualdad y camaradería entre hombre y mujer.

A la conferencia de Küng asistieron su "viejo amigo" Samuel Ruiz, Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, el ombusdman capitalino, Emilio Álvarez Icaza, así como líderes de las Iglesias ortodoxa griega, católica, anglicana y del budismo.

Ante más de tres mil personas reunidas en el Teatro Metropólitan, el pensador condenó los casos de pederastia en la Iglesia católica y la explotación sexual.

"(La ética) es el compromiso a favor de una cultura de la igualdad y el compañerismo entre hombre y mujer ante un machismo agresivo, ante todos los abusos sexuales a niños y adolescentes, precisamente en la Iglesia católica y ante la explotación sexual de menores", expresó.

Respecto a México dijo que la violencia y la pobreza no pueden ser combatidas sin un fundamento ético.

"No creo que más dinero, más leyes o más policías sean la solución; se requieren acciones concretas, falta un impulso ético, un cambio de mentalidad frente a los problemas mayores de este país: pobreza y violencia", destacó.

Reprobó el conformismo ante la inseguridad y la pobreza, resumido en la frase: "No se puede hacer nada", que ha escuchado en América Latina con más frecuencia que en ninguna otra región del mundo.

Érika P. Bucio
Agencia Reforma

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