Es hora de decir adiós

Mucho se dice sobre el beneficio de la lactancia pero muy poco hay establecido acerca del destete. Ni siquiera está en claro la mejor edad para hacerlo. Madres e hijos llegan a este momento un tanto desorientados, más aquellas que optaron por lo que se llama lactancia prolongada (después del año del bebé). Una guía completa para que esta etapa termine de la mejor manera.

El destete está recomendado, según la Academia Americana de Pediatras, cuando el bebé tiene un año. Sin embargo otros organismos internacionales apuestan a más. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es un claro ejemplo. Esta entidad dice que el destete es mejor cuando el bebé cumple los dos años. En este momento el niño recibió las defensas necesarias para enfrentar solo la vida y la contención fundamental para establecer buenas relaciones.

UNICEF acuerda con la OMS. Pero muchos especialistas aclaran que dos años es demasiado tiempo. En lo que sí hay consenso es en dar el pecho al menos hasta el año, siempre y cuando se trate de una mujer sana.

“Fue muy difícil para mí dar el pecho hasta los dos años. Muchas madres y padres, incluso el pediatra, criticaron mi decisión. Pero yo seguí adelante con la lactancia. Mi hijo se enfermó muy poco en este período y el contacto fue maravilloso. Destetarlo fue más difícil para mí que para él”, asegura Sara Testa, una docente argentina de 32 años. Lo que no se recomienda es dejar de dar el pecho cuando son muy pequeños. La leche materna es la mejor defensa y el alimento más balanceado que puedan recibir. Además de que el contacto piel a piel entre la mamá y el bebé genera un estímulo y vínculo difícil de reemplazar.

Para tener en cuenta: la lactancia prolongada (más allá del primer año de vida del niño) influye también en mejores rendimientos académicos y habilidades mentales del bebé. Cada mamá será, en definitiva, quien tome la iniciativa según su propia relación con su bebé.Ya sea a los 6 meses, al año o a los 2. Lo mejor es estar siempre informada y prepararse para al menos 3 días y 3 noches de algún que otro llanto de ese pequeño que seguro extrañará el pecho materno.