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Muchos Pierden con el Muro Fronterizo
Escrito el 29 Oct 2012
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BROWNSVILLE, Texas - Cuando el Gobierno nacional comenzó a apoderarse de tierras para construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, a Teófilo Flores le ofrecieron $1,650 por una parte del terreno de su casa.
Al principio parecía un buen negocio, pero luego se enteró de que su vecino había cobrado 40 veces más por un terreno similar y que otro agricultor de la zona había recibido $1 millón.
Desde 2008 cientos de personas que poseían tierras en la frontera han tratado de conseguir precios justos por terrenos apropiados por el estado para construir el muro. Pero muchos de ellos recibieron ofertas por debajo del valor del mercado y decenas de ellos las aceptaron sin buscar primero asistencia legal para descubrir posteriormente que sus vecinos habían conseguido arreglos mucho mejores con la ayuda de abogados.
"Te enojas. Pero así es la vida, supongo", manifestó Flores, quien cultiva algodón. "La gente que sacó más dinero puede darse el lujo de hacer otras cosas".
La disparidad en las compensaciones ha generado interrogantes en torno al trato que dio el Departamento de Justicia a cientos de personas que cuentan con terrenos en la frontera -desde Texas a California-, que no pudieron pagar abogados y que ahora viven con una enorme estructura metálica en sus granjas, haciendas y patios traseros.
La diferencia en los precios "refleja lo injustas que fueron las ofertas iniciales", afirmó la abogada Corinna Spencer-Scheurich, que representó a personas de bajos y medianos ingresos cuando comenzaron las apropiaciones.
El Gobierno federal "está usando su poder para quedarse con las tierras a un precio injusto. Creo que eso está claro, a juzgar por los arreglos que han hecho" cuando tuvieron que negociar, indicó. Los abogados del Gobierno dijeron que esas ofertas iniciales eran solo un primer paso y que posteriormente podían ser ajustadas.
Al principio parecía un buen negocio, pero luego se enteró de que su vecino había cobrado 40 veces más por un terreno similar y que otro agricultor de la zona había recibido $1 millón.
Desde 2008 cientos de personas que poseían tierras en la frontera han tratado de conseguir precios justos por terrenos apropiados por el estado para construir el muro. Pero muchos de ellos recibieron ofertas por debajo del valor del mercado y decenas de ellos las aceptaron sin buscar primero asistencia legal para descubrir posteriormente que sus vecinos habían conseguido arreglos mucho mejores con la ayuda de abogados.
"Te enojas. Pero así es la vida, supongo", manifestó Flores, quien cultiva algodón. "La gente que sacó más dinero puede darse el lujo de hacer otras cosas".
La disparidad en las compensaciones ha generado interrogantes en torno al trato que dio el Departamento de Justicia a cientos de personas que cuentan con terrenos en la frontera -desde Texas a California-, que no pudieron pagar abogados y que ahora viven con una enorme estructura metálica en sus granjas, haciendas y patios traseros.
La diferencia en los precios "refleja lo injustas que fueron las ofertas iniciales", afirmó la abogada Corinna Spencer-Scheurich, que representó a personas de bajos y medianos ingresos cuando comenzaron las apropiaciones.
El Gobierno federal "está usando su poder para quedarse con las tierras a un precio injusto. Creo que eso está claro, a juzgar por los arreglos que han hecho" cuando tuvieron que negociar, indicó. Los abogados del Gobierno dijeron que esas ofertas iniciales eran solo un primer paso y que posteriormente podían ser ajustadas.