Deportación de Arellano moviliza grupos pro immigrantes

WASHINGTON - La deportación de la mexicana Elvira Arellano de Estados Unidos renovó esta semana el ánimo de los grupos defensores de extranjeros ilegales, que están organizando protestas para pedir el fin de los destierros y una reforma de inmigración en el país.

Arellano, de 32 años, quien tiene un hijo estadounidense de 8 años, fue deportada el domingo por las autoridades migratorias en Los Angeles, después de abandonar una iglesia en Chicago donde se había refugiado por un año.

Ella buscaba reunirse en California con otros activistas para pedir un trato más humano por parte del gobierno de George W. Bush para los 12 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país, en su mayoría mexicanos. "La cosa en Los Angeles está muy caliente," dijo el miércoles a Reuters Juan José Gutierrez, coordinador del Movimiento Latino USA.

"La historia de Elvira ha venido a inyectarle energía al movimiento pro inmigrante," agregó. Gutierrez señaló que protestas relámpago están programadas para este sábado en California, Illinois y Texas para pedir por Arellano y otros inmigrantes separados de sus familias por las redadas en los últimos meses.

BOICOT ECONOMICO PARA EL 12 DE SEPTIEMBRE

Los grupos también organizarán un boicot económico el día 12 de septiembre, como el de mayo del año pasado, cuando cientos de miles de inmigrantes dejaron de hacer compras, ir al trabajo y mandar sus hijos a la escuela, para protestar contra una propuesta legislativa que criminalizaba a los indocumentados.

12 DE OCTUBRE MARCHA DE PROTESTA

El activista afirmó además que otra marcha se organizará para el 12 de octubre, el "Día de La Raza," cuando se conmemora la llegada de Cristóbal Colón al continente americano.

La deportación de Arellano, criticada por el gobierno mexicano, ganó visibilidad al exponer la separación de familias, ya que su hijo, Saúl, se quedará a vivir y estudiar en Estados Unidos con su madrina, la activista Emma Lozano, de Chicago. Se estima que más de 3 millones de niños estadounidenses viven en familias con padres indocumentados.

"Esas deportaciones son una tortura terrible para esos niños, eso es discriminación," dijo la activista Nora Sándigo, de Miami, quien tiene la custodia legal de unos 600 niños estadounidenses con padres deportados o en proceso destierro y llevó esa causa a la Corte Suprema.

"El próximo paso es que empiecen a criminalizar a líderes de organizaciones que defienden a los inmigrantes y a las iglesias. Nosotros no vamos a dejar de proteger a las familias, es nuestro deber," agregó.

Una reforma de inmigración amplia que legalizaría a los indocumentados fracasó este año en el Senado estadounidense, principalmente por la oposición de republicanos conservadores.

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