Erosión amenaza las playas de Cancún

CANCUN, México - Un año después que México gastó millones de dólares para restaurar sus playas devastadas por un huracán, el balneario de Cancún vuelve a librar una batalla contra la madre naturaleza.

La erosión ha reducido la franja de arena al punto de que las olas de la marea alta se abaten sobre los patios de algunos de los hoteles recientemente renovados.

En una campaña acelerada para atraer turistas después del huracán Wilma, el gobierno mexicano gastó 19 millones de dólares para dragar el lecho del océano y reconstituir 12 kilómetros de playa con 2,7 millones de metros cúbicos de arena.

Cuando se completó el dragado, las playas eran casi el doble de lo que habían sido antes del huracán y los turistas volvieron masivamente a los hoteles renovados.

Un año después las playas han vuelto a reducirse a menos de 20 metros a media marea en la zona turística.

La mayoría de las secciones de la playa siguen tan anchas como antes del impacto del huracán, aunque en algunos lugares la franja de arena es inferior a los 10 metros de ancho y el mar sigue socavando implacablemente lo que queda, dijo el biólogo Alfredo Arellano, director en Yucatán de la Comisión de Zonas Naturales Protegidas, una agencia del gobierno.

Las autoridades de turismo, promotores inmobiliarios y otros inversionistas privados sabían que la erosión sería un problema, y se están preparando para instrumentar una solución a largo plazo.

Planean lanzar un plan público y privado para el reacondicionamiento de las playas y la construcción de un arrecife artificial frente a las costas para ayudar a mantener la arena.

Mientras tanto, se han colocado barreras de bolsas de arena en la playa y tuberías a unos 10 metros de la costa en el agua.

Pero los ambientalistas advierten que dichos esfuerzos serán inútiles mientras sigan construyéndose hoteles en la costa y despejando la vegetación cuyas raíces solían contribuir a mantener la arena en su lugar.

Han gestionado ante las autoridades de turismo y los promotores de bienes raíces para que instalen una franja de 10 metros de plantas nativas con senderos entre los hoteles y la playa, aun en zonas ya desarrolladas.

"El tipo de construcción que se lleva a cabo está haciendo que las playas se erosionen a un ritmo mucho más rápido", dijo Patricio Martín, director de la sucursal en Quintana Roo del Centro de Derechos Ambientales.


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